* Los cambios sociales de la post-modernidad configuran nuevos estilos de familia nuclear, por lo que resulta urgente incluir en los programas de atención pública, los factores psicológicos relacionados a esta problemática.
Por: Adolfo Ruíz.
México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil de acuerdo a la UNICEF, en el Distrito Federal. 47 % de los niños entre 6 y 12 años padecen sobrepeso y obesidad, de acuerdo a la Secretaría de Salud, se sugiere cambiar la educación alimentaria para reducir esta problemática que afecta a la población mexicana así como promover la actividad física.
Por ello la Mtra. Patricia González Rodríguez; directora del Colegio de Psicología de la Universidad del Claustro de Sor Juana, comentó:”En los últimos años, en México se han desarrollado grandes avances en materia de medicina, genética y nutrición, sin embargo los problemas de desnutrición y obesidad infantil siguen siendo un grave problema”.El origen de la obesidad infantil es complejo y multifactorial, se pueden considerar factores genéticos, hábitos aprendidos en la familia, y las potentes influencias ambientales mediatizadas por las escuelas y el entorno social.
La Maestra González, explicó, que la obesidad también afecta seriamente el desarrollo afectivo, cognitivo, sexual y social de los niños. Es alarmante, agregó, la distorsión que pueden tener de su imagen corporal, de sus capacidades, potencialidades, incluso de sus deseos. Los niños obesos entran en un círculo vicioso de frustración y confusión, pues por un lado, anhelan aquello que se anuncia y, por otro, son víctimas de burlas, agresiones, discriminación y chantajes.
El alto nivel de estrés que sufre un niño obeso, promueve conductas de aislamiento social, patrones de pensamientos negativos, conductas auto-agresivas y compulsivas. La obesidad también está estrechamente vinculada con trastornos depresivos, ansiosos, incluso con suicidio en la adolescencia.
La Universidad del Claustro de Sor Juana, cuenta con el Centro de Orientación y Atención Psicológica, que ofrece en forma gratuita atención a la población que así lo requiera. Además, ofrece la Licenciatura en Psicología, en la cual se promueve la continua investigación de problemáticas que aquejan a la realidad nacional, incluidas las situaciones que afectan el desarrollo infantil.
Explicó que los cambios económicos, sociales, políticos y culturales que se han desarrollado desde el Tratado de Libre Comercio (México, E.U.A y Canadá), han desencadenado una serie de malestares sociales muy complejos, pues por un lado, han favorecido la incorporación de la tecnología en la vida cotidiana, el desarrollo de los canales de comunicación mundial (Web), además de facilitar la realización de actividades en diferentes áreas de la vida.
Por otro lado, ha incrementado el desempleo, el surgimiento de nuevas dinámicas de vida en la familia nuclear, en las cuales es más frecuente que ambos padres sean proveedores y los hijos pasen más tiempo solos, esto apuntala la creación de una generación de niños cibernéticos que pasan horas sentados en los videojuegos, consumiendo información de la televisión, o chateando. Además, el incremento de índices de violencia y delincuencia, constituyen un factor importante para que los padres no lleven a sus hijos a realizar alguna actividad física en parques o centros deportivos, reconoció la especialista.
En este contexto, la cultura del consumismo y de la vida sedentaria cobran consecuencias importantes en la infancia. Tras el surgimiento del cólera, disminuyeron considerablemente el uso de bebederos en las escuelas y espacios públicos, lo que ha propiciado que México sea el segundo país del mundo en consumo de bebidas gaseosas.
La magnitud del problema convoca a diversos sectores de la población, para generar un modelo de intervención que considere los factores psicológicos como un aspecto de atención imprescindible. Es fundamental considerar acciones en el medio escolar, cambios que promuevan la incorporación de la actividad física a la vida cotidiana, intervenciones en la familia y en el medio sanitario, concluyó la directora del Colegio de Psicología de la Universidad del Claustro de Sor Juana.