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Por Adolfo Ruiz /Ana Díaz Madrid (foto).
Ciudad de México, noviembre 2015.- La seguridad en los automóviles es un tema de suma importancia y pocas veces valorado, ya que generalmente los compradores de autos nuevos se fijan más en los accesorios de lujo cómo los equipos de sonido y video así como otros atractivos que en los aditamentos de seguridad del automóvil.
Por ello Stephan Brodziak, investigador en seguridad vehicular de El Poder del Consumidor (EPC) y Belem Rodríguez; presentaron los resultados de la primera Encuesta Nacional en Seguridad Vehicular muestra, que en México la mayoría de propietarios consideran que sus vehículos son seguros, a pesar de que no cumplen con los mínimos estándares de seguridad y podrían causarles la muerte o daños de por vida a ellos y a miembros de sus familia en colisiones a tan a 64 kilómetros por hora.
Stephan Brodziak, señaló: “La ignorancia de los propietarios de automóviles sobre la seguridad de sus vehículos y sus pasajeros, es una de las razones de que en México no se cuente con estándares de seguridad, para los vehículos nuevos que entran al mercado y, parte de los accidentes vehiculares son la principal causa de muerte en niños y niñas entre 5 y 14 años de edad y la segunda causa de orfandad en nuestro país.
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en sus Estadísticas sobre Salud México 2014, ha señalado que en México, la esperanza de vida se ha visto afectada por tres causas principales: la obesidad y diabetes, los homicidios y ´las muy altas tasas de mortalidad por accidentes de tráfico, estos le cuestan al país cerca de 1.7% del PIB”.
La ignorancia de los propietarios de autos sobre la seguridad y sus componentes, ha sido mantenida por la industria automotriz y la falta de regulación por parte del gobierno mexicano, para que los autos nuevos cumplan con los estándares de seguridad recomendados por Naciones Unidas.
Pruebas de choque realizadas por Latin NCAP; organismo encargado de evaluar la seguridad de los autos que se comercializan en América Latina y avalada por la ONU, el Tsuru de Nissan (cuarto lugar en ventas en México), no cumple con los mínimos estándares de seguridad, calificado con cero estrellas, que significa que el conductor y los pasajeros podrían morir o quedar con daños de por vida en un choque a 64 kilómetros por hora. El 79% de los encuestados, dueños de este vehículo, consideran que su auto es seguro. El 94% afirmó conocer los elementos de seguridad con que cuenta el vehículo; 83% asegura que su auto cuenta con ellos.
La Muestra de 1,000 entrevistas efectivas en puntos de afluencia (400 entrevistas en el DF, 300 entrevistas en Guadalajara y 300 entrevistas en Monterrey), en población objetivo de 18 años, que hayan comprado un automóvil nuevo en una agencia automotriz en los últimos 5 años. Se realizó del 23 de octubre al 7 de noviembre de 2015, con una estructura estable; 94% tiene la falsa creencia de que su auto tiene cinturones de seguridad de 3 puntos en cada plaza; y el 78% piensa que su auto cuenta con Sistema Electrónico de Estabilidad (ESC), sin embargo, el Tsuru no cuenta con ninguno de estos sistemas.
En tanto, el Aveo de General Motors, número uno en ventas en México, también ha sido reprobado con cero estrellas en las pruebas de choque. Sin embargo, el 96% considera que su vehículo es seguro y el 73% afirma que cuenta con ESC, cuando esta tecnología no se encuentra disponible en ninguna de las versiones de este modelo.
Resultados de la Encuesta demuestran que el 88% opinó que preferirían un vehículo más caro pero con todas las medidas de seguridad, después de conocer cómo funcionan los frenos ABS3, el ESC, los cinturones de 3 puntos y las bolsas de aire, el 99% afirmaron que serían muy importantes en la adquisición de su próximo vehículo. Cifra totalmente contrastante, cuando al principio de la entrevista sólo el 8% consideró la seguridad como el primer elemento a tomar en cuenta en la compra de un vehículo.
En la actualidad, ningún vehículo está obligado a tener tecnologías de seguridad como ABS, ESC, bolsas de aire o a pasar pruebas de choque frontal o lateral, que confirmen que cuentan con una estructura estable en caso de impacto.
Estas tecnologías avanzadas de seguridad, sólo son integradas en vehículos de lujo o en la versión más equipada de algunos de los autos más “accesibles”.
Como ejemplo de lo anterior, la versión básica del Aveo tiene un precio aproximado de $150,000 pesos y la versión equipada con 2 bolsas de aire y frenos ABS de $195,000 pesos. La diferencia -$45,000 pesos, no corresponde al costo de las tecnologías, ya que un precio conservador de los ABS es de $250 USD y $50 USD cada bolsa de aire. Por lo que sumados, se estaría hablando de un incremento conservador de $350 USD. Estas tecnologías no están integradas desde la versión básica, si se contara con ellas el precio del vehículo aumentaría como máximo $6,000 pesos.
Otro ejemplo de la diferencia del costo artificial de la seguridad es la versión de lujo del VW Jetta, el GLI, cuyo costo asciende a más de $400,000 pesos. La diferencia entre esta versión de lujo y la versión básica es de $200,000 pesos. Volkswagen no incluye el ESC desde su versión básica lo que reduciría en 80% situaciones de riesgo. Brodziak concluyó: “Esta práctica de la industria automotriz ha convertido la seguridad de los automóviles y la protección de la vida en un lujo para los consumidores”.
El Poder del Consumidor hizo un atento llamado al gobierno para que obligue a la industria automotriz a alinearse con los estándares de seguridad sugeridos por la ONU. Estándares obligatorios en la Unión Europea, EEUU, Canadá, Australia, Ecuador, Brasil y estándares similares en Argentina. Asimismo, EPC pidió que el período de gracia otorgado a la industria para integrar estas especificaciones propuesto en la NOM-194, sea reducido de 4 a 2 años a partir de su publicación.