* En el Hospital Metodista de Houston, el Centro para las Enfermedades Hepáticas y Trasplantes ofrece atención de primer nivel a pacientes con problemas del hígado.
REDACCIÓN:
01 de abril de 2014, Houston,
TX.- La obesidad, el síndrome metabólico y más
recientemente la microbiota han surgido todos como temas de interés en el
ámbito de la patología gastrointestinal. Estos padecimientos promueven la
patogénesis de la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), una inflamación grasa
del hígado y un problema relacionado con la alta morbilidad y mortalidad. [I]
El
interés público por el tema y el conocimiento en torno a esta enfermedad se ha
elevado considerablemente. Su gran prevalencia en todo el mundo la coloca como
la enfermedad hepática más común que existe y las proyecciones indican que
seguirá en aumento. México es un país donde los especialistas están
especialmente al tanto de estos datos, dado que estudios recientes señalan que
la población mexicana es sumamente susceptible a la enfermedad. [Ii]
Hoy en
día, la obesidad y sus complicaciones son las principales causas de muerte en
el mundo y en los últimos 30 años, su prevalencia ha ido constantemente al alza. [Iii]
En México, el problema es aún mayor. Según la Encuesta Nacional de Salud
y Nutrición 2012 (ENSANUT), una tercera parte de todos los adolescentes entre
las edades de 12 a 19 años y el 70 % de todos los adultos son obesos o
presentan sobrepeso. La causa principal de esta condición son los malos hábitos
de salud. [Iv]
Generalmente,
la esteatohepatitis no alcohólica es una condición silenciosa – en un
principio, son pocos los síntomas que se manifiestan, a veces ninguno. En
ocasiones el paciente puede tener algún dolor en la parte superior derecha del
abdomen, y un estudio físico puede revelar un aumento en el tamaño del hígado o
decoloración de la piel alrededor del cuello y las axilas (acantosis
pigmentaria). A medida que va progresando la enfermedad el paciente puede
llegar a desarrollar los síntomas de una cirrosis hepática, y problemas como
fatiga, debilidad e ictericia (cuando los ojos o la piel se tornan de color
amarillento). [V]
No
obstante, muchas de las personas con esta condición, padecen de síndrome
metabólico, que engloba toda una variedad de factores como cintura ancha (en
hombres más de 100 centímetros y en mujeres más de 89), presión arterial
elevada, niveles altos de triglicéridos y resistencia ante la insulina, que a
su vez aumentan el riesgo de un ataque al corazón, un accidente cerebrovascular
y la incidencia de diabetes tipo 2. [Vi]
“Muchas
personas con esteatohepatitis no alcohólica son más propensas a morir por un
ataque al corazón que por cirrosis hepática”, explicó el Dr. Howard Monsour, jefe
de hepatología en el Hospital Metodista de Houston. “El ejercicio vigoroso,
como es el caso del levantamiento de pesas, la natación, correr o hacer
ejercicios aeróbicos, entre 75 y 150 minutos a la semana a una
frecuencia cardíaca de 120+ latidos son todos elementos que ayudan a hacerle
frente a este problema. Con perder un 12 % del peso actual, sin importar el
peso de partida de la persona, puede además eliminar la grasa del hígado”. [vii]
El
especialista agregó, “aquí la clave es descubrir el problema a tiempo, ya que
así se puede ayudar a evitar la cirrosis hepática, la fibrosis y la diabetes tipo 2. Si un paciente no
recibe esta evaluación, puede resultar con problemas hepáticos, cáncer del
hígado, enfermedades cardiacas, accidentes cerebrovasculares y esencialmente
una vida sumamente complicada”. [Viii]
En el Hospital Metodista de Houston, el Centro
para las Enfermedades Hepáticas y Trasplantes ofrece atención de primer nivel a
pacientes con problemas del hígado. Un equipo de expertos atiende a cada
paciente individualmente para dar tratamiento a todos los aspectos de sus
padecimientos. Mediante programas de investigación y clínicos innovadores, los
especialistas y el equipo del Centro están totalmente comprometidos a extender
las indicaciones para el buen tratamiento de estas enfermedades. [Ix]