* Está comprobado que el ejercicio, entre otros beneficios para el organismo, promueve el desarrollo de células cerebrales nuevas.
REDACCIÓN:
México.
D.F. 2014.- No obstante, poco se sabe sobre el impacto de la inactividad física
sobre el cerebro. De acuerdo a un reciente estudio realizado en la Escuela de Medicina de la Universidad de
Wayne State, es muy probable que la falta de ejercicio tenga consecuencias
negativas sobre el funcionamiento cerebral de los seres humanos. La
investigación se realizó con animales, pero está comprobado que el cerebro de
los seres humanos opera de manera similar.
Los
científicos reunieron un total de doce ratas, seis de las cuales contaban con
una rueda para correr, mientras que las otras seis no. En poco tiempo, las
ratas que se ejercitaban llegaron a correr casi cinco kilómetros diarios,
mientras que las otras permanecieron sedentarias.
Tres
meses después, les inyectaron a todas una tintura especial para colorear las
neuronas de la medula ventrolateral rostral, una zona del cerebro que gobierna
el sistema nervioso simpático, encargado de controlar la respiración y la
presión arterial a través de la constricción de los vasos sanguíneos.
Cuando
el sistema simpático funciona correctamente, los vasos sanguíneos se ensanchan
o contraen de manera adecuada. Sin embargo, “el exceso de actividad de dicho
sistema provoca que los vasos se contraigan de manera desordenada, lo cual
contribuye a la aparición de diversas enfermedades cardiovasculares”, explica
el doctor Patrick Mueller, profesor de fisiología en la citada
universidad.
El mal
funcionamiento del sistema nervioso simpático puede deberse, según los
expertos, a cambios neuronales en la médula ventrolateral rostral. En efecto,
tras analizar los cerebros de ambos grupos de ratas, los científicos
encontraron que las neuronas del grupo que se ejercitaba se mantenían casi
idénticas y funcionaban adecuadamente, mientras que las del grupo sedentario
presentaban más ramificaciones de lo normal.
Esta
multiplicación de bifurcaciones las hacía mucho más sensibles a estímulos
externos y, por ende, más proclives a sobreestimular el sistema nervioso
simpático, con lo cual contribuían al desarrollo de enfermedades cardiacas.
Como
advierte el doctor Mueller, gracias a este estudio es posible determinar el
impacto de la inactividad sobre la salud neuronal y cardiaca y, sobre todo,
para comprender que la falta de ejercicio puede efectivamente modificar la estructura
y el funcionamiento del cerebro, lo mismo que la actividad física.
Fuentes: 1. Gretchen Reynolds, How Inactivity Changes the
Brain, New York Times, 22 enero 2014. http://well.blogs.nytimes.com/2014/01/22/how-inactivity-changes-the-brain/?_php=true&_type=blogs&_r=0.-
2. Mischel NA, et. al.
Physical (in) activity-dependent structural plasticity in bulbospinal
catecholaminergic neurons of rat rostral ventrolateral medulla, The Journal of
Comparative Neurology, enero 2014.. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24114875