* En sólo 40 años se redujo del 60 al 10 % la cobertura de corales en los arrecifes del Caribe mexicano. Esto es signo de alerta y es debido a la destrucción acuciado por los grandes desarrollas turísticos.
REDACCIÓN:
La
actual temporada de huracanes en el Atlántico, según los expertos, puede ser
una de las más activas de los últimos años, situación preocupante si se toma en
cuenta la reducción de barreras naturales, en específico de arrecifes coralinos,
que protegen a las poblaciones costeras
en esas zonas, alertó Jesús Ernesto Arias González;
investigador del Cinvestav.
El
científico del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav)
Unidad Mérida, explicó que en la década de 1970 los arrecifes ubicados en aguas
del Caribe mexicano estaban conformados entre 40 y 60 % por corales, pero en la
actualidad ese porcentaje difícilmente alcanza un 10 %, debido a su gradual destrucción.
Arias
González advirtió que esa degradación de los corales que conforman los
arrecifes representa un peligro tanto para las comunidades costeras como al
mismo equilibrio natural de la zona y la economía local.
Hizo
énfasis en que la destrucción de los arrecifes coralinos en el Caribe mexicano
puede facilitar la penetración de huracanes a las costas de la Península de
Yucatán, ocasionando mayores daños a las comunidades allí asentadas.
Gran
parte de la destrucción de estos ecosistemas marítimos, dijo, tiene como origen
los grandes complejos turísticos y el caótico desarrollo urbano instalado a lo
largo de la zona del Caribe mexicano.
“Han
construido grandes hoteles en las zonas costeras, lo que ocasiona enorme
erosión de las playas y rompe el equilibrio con el mar. Además, esos
desarrollos generan desechos urbanos, muchos de ellos son vertidos en lagunas
costeras, cenotes o directamente al mar, provocando contaminación en el sistema
arrecifal y manglares que en sinergia con los arrecifes son grandes productores
de peces”.
El
investigador del Laboratorio de Ecología de Ecosistemas de Arrecifes Coralinos
explicó que estos sistemas marítimos del Caribe mexicano pertenecen al llamado
Arrecife Mesoamericano, que es la segunda barrera arrecifal más grande del
mundo, con una extensión de casi mil kilómetros, sólo superada por la
australiana.
Esta
franja de arrecifes se extiende desde Cayo Cochinos en Honduras, hasta Isla
Contoy en Quintana Roo. Y es justo en los litorales mexicanos donde este
sistema presenta mayores impactos negativos, debido, sobre todo, a los grandes
desarrollos turísticos ubicados en las costas de Quintana Roo.
Al
explicar las funciones de los arrecifes coralinos, el investigador del
Cinvestav comparó estos ecosistemas con las selvas tropicales, al presentar la
mayor diversidad del mundo marino, por lo que su atención, dijo, debe ser
similar al que se prestan a los bosques y selvas.
Pero
además de la cuestión ambiental, estos ecosistemas sirven para proteger a la
población de la costa de los impactos de huracanes y tormentas tropicales, ya
que representan una barrera de impacto donde la intensidad del meteoro se ve
disminuida.
Al
reducir la protección que ofrecen los arrecifes y manglares, un huracán puede
penetrar con mayor facilidad a la costa e impactar prácticamente en forma
directa.
“Tenemos
que implementar estrategias de desarrollo sustentable y recuperar el capital
natural de los arrecifes coralinos a partir de su conservación y restauración
introduciendo cultivos de corales y peces, así como tratar de rescatar la
cobertura coralina de los arrecifes que existía antes”, alertó el también
miembro Sistema Nacional de Investigadores, concluyó el científico.