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Reeditado por: Adolfo Ruiz:
La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que en todo el mundo hay más de 150 millones de personas con depresión (1), en México, la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica (ENEP) estimó que 8.8% de la población ha sufrido, según los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-IV, por sus siglas en inglés) (2), un episodio de depresión mayor alguna vez en la vida con una media de edad de inicio de 24 años.
En la Ciudad de México, se concentra el 9.3% de la población del país y más de la mitad tiene entre 0 y 29 años (el 58.8%). Se ha identificado un 15.4% de malestar depresivo, siendo mayor la prevalencia en mujeres que en hombres. Estas edades tempranas de inicio del padecimiento, implican muchos años de sufrimiento e interrupciones en diferentes ámbitos de la vida como; la educación, el empleo y el escoger la pareja (3).
Después de la depresión grave, las causas que contribuyen al desarrollo de una depresión son la dependencia del alcohol, los trastornos afectivos bipolares y la esquizofrenia. A nivel mundial 5 de las 10 causas más importantes de discapacidad, son problemas mentales y la depresión se encuentra entre ellas. Este padecimiento aumentará en los próximos años (4).
Cuando una persona padece depresión, usualmente sufre de ánimo depresivo (tristeza), fatiga, pérdida de interés y capacidad de goce de actividades comunes, conocida como anhedonia. Los signos comunes de la depresión son cansancio, tristeza, falta de concentración, ansiedad, irritabilidad, trastornos de sueño, dolor en diferentes partes del cuerpo. Estos síntomas deben alertar al médico sobre la presencia de depresión y valorar el riesgo de una complicación mayor como es el suicidio.
Las características clínicas específicas asociadas con un riesgo aumentado de suicidio en la depresión son: Insomnio persistente, descuido consigo mismo, deterioro de la memoria, agitación y los considerados como “ataques de pánico”.
Cuando una persona padece depresión, es más propenso a cometer un suicidio. La depresión es un factor importante entre los adolescentes y personas de edad. Algunos de los elementos que aumentan el riesgo, en personas con depresión son: ser menor de 25 años en varones, abuso del alcohol, tener trastorno bipolar, un estado mixto (maniaco-depresivo) o una manía psicótica (5).
Acorde al Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz la prevalencia de intento suicida en la Ciudad de México en el 2000 fue de 9.5% y una de las delegaciones con mayor prevalencia fue la Delegación Cuauhtémoc con 11.3%.
La Depresión no debe ser tratada como una alteración del estado de ánimo, debe ser evaluada a detalle, ya que quienes la padecen sufren mayores complicaciones en cualquier tipo de enfermedades subyacentes que previamente padezcan (diabetes, hipertensión, procesos alérgicos, enfermedades reumáticas, etc.), debido a que por el estado anímico alterado hay una interrupción de tratamientos agravando situaciones que inicialmente estaban controladas.
Los datos epidemiológicos sugieren además de ofrecer tratamiento para la enfermedad, los antidepresivos reducen el riesgo de suicidio entre los deprimidos. La dosis terapéutica completa de medicación, deberá continuarse por varios meses. En personas de edad, puede ser necesario continuar tratamiento, por dos años después de la recuperación.
El reconocer a los pacientes con alto riesgo suicida, se asocia a factores individuales y socio-demográficos como; tener algún trastorno psiquiátrico (generalmente depresión, alcoholismo y trastornos de la personalidad); enfermedades físicas (terminales, dolorosas o debilitante como por ejemplo SIDA), historia familiar de suicidio, alcoholismo y/u otros trastornos psiquiátricos; intentos suicidas previos; estatus de divorcio, viudez o soltería; vivir solo (aislado socialmente); desempleo o retiro; pérdida sensible en la infancia.
Si el paciente está bajo tratamiento psiquiátrico el riesgo es más alto en aquellos que han sido dados de alta del hospital y/o aquellos que han cometido intentos de suicidio previos. Adicionalmente los acontecimientos estresantes recientes que pueden provocar un aumento en el riesgo de suicidio son: separación marital; pérdida sensible, problemas familiares, cambio en el status ocupacional o financiero, rechazo por parte de una persona importante, vergüenza o temor a ser encontrado culpable.
Existen varias escalas para valorar el grado de Depresión y el riesgo de suicidio, más no son substituto de una buena historia clínica para identificar el estado emocional de la persona y si esta se encuentra en riesgo inminente o potencial de cometer suicidio.
Es frecuente que se reconozca, quienes han llegado a esta etapa de la Depresión, ya que de una u otra manera lo han comunicado, la profundidad de afectación de su estado emocional con antelación a cualquier intento o acometida suicida.
Por ello es importante vigilar a la persona que manifiesta Depresión, con una o varias intenciones acerca de esto y algunas preguntas, que se refieren al paciente como: ¿Se siente infeliz o desvalido?, ¿Se siente desesperado?, ¿Se siente incapaz de enfrentar cada día?, ¿Siente la vida como una carga?, ¿Siente que la vida no merece vivirse?, ¿Siente deseos de cometer suicidio?; si se nota algo, debe ser referido con prontitud al especialista, para valorar su condición.. Para mayor información sobre depresión, visite la página: www.lundbeck.com.mx
Lundbeck, es una compañía farmacéutica internacional, fundada en 1915 en Dinamarca, comprometida en mejorar la calidad de vida de las personas que padecen enfermedades del Sistema Nervioso Central (SNC). Para ello se dedica a la investigación, desarrollo, producción, comercialización y venta de fármacos innovadores y eficaces en todo el mundo para el tratamiento de padecimientos como lo son depresión, trastornos de ansiedad, esquizofrenia, demencias (como la enfermedad de Alzheimer) y trastornos del sueño.
Referencias:
1- Boletín de la Organización Mundial de la Salud 2000 Pág. 91. Recopilación de artículos No.3. 2-Medina-Mora ME, Borges G, Lara C, Benjet C, Blanco J, Fleiz C et al. Prevalencia de trastornos mentales y uso de servicios: Resultados de la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica en México. Salud Ment 2003; 26:1-16. 3-Información obtenida de; www.inprf.org.mx/opencms/export/sites/INPRFM/psicosociales/archivos/inv_epid_trans_mentales.pdf.- 4-American Psychiatric Association. DSM-IV: Diagnostic and statistical manual of mental disorders. 4th edition. Washington DC: American Psychiatric Association; 1994. 5-Simpson SG, Jamison KR. The risk of suicide in patients with bipolar disorder. Journal of clinical psychiatry, 1999, 60, Suppl. 2: 53-56.