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Redacción RD:
CDMX 07 octubre 2020.- La Hipertensión Arterial Pulmonar (HAP) es una enfermedad rara, catastrófica, incapacitante y potencialmente mortal, se caracteriza por la elevación de la presión sanguínea en las arterias del lado derecho del corazón hacia los pulmones, ocasionando un aumento en la resistencia vascular pulmonar, y como consecuencia, falla cardiaca derecha y muerte temprana. La dificultad para respirar que ocasiona esta enfermedad,, limita las actividades cotidianas de los pacientes, como caminar algunos metros, subir escaleras e incluso salir de compras.
Se estima que más de la mitad de los pacientes con HAP, que hay en México ascienden a más de 8,000 que no están llegando a sus metas de tratamiento, comprometiendo importantemente su salud durante la pandemia.
Fue así que el Dr. Guillermo Cueto Robledo, Jefe de Urgencias Cardioneumológicas del Hospital General de México, señaló: “Por tal motivo, en esta nueva normalidad se hace más necesario contar con una estrategia terapéutica eficaz y atención integral, que permita a los pacientes mantenerse bajo control y sin complicaciones cardiorespiratorias, las cuales incluso pudieran confundirse con alguna otra enfermedad que comprometa la respiración”.
Existen diferentes opciones terapéuticas HAP, actualmente son tratados con inhibidores de la fosfodiesterasa-5 (iFDE-5), no obstante datos clínicos indican que del 20 al 60% de los pacientes que reciben iFDE5 no alcanzan o no mantienen los objetivos del tratamiento para el control de la enfermedad, lo cual pone en riesgo la vida de los pacientes.
En respuesta a esta situación, un estudio presentado recientemente en el Congreso Virtual de la European Respiratory Society, ratificó la conveniencia de sustituir las actuales terapias de inhibidores de la fosfodiesterasa-5, por una alternativa terapéutica diferente como riociguat, que ha demostrado mayor eficacia para llegar a los objetivos terapéuticos y con ello, mejorar la salud y el bienestar de los pacientes, y en consecuencia, reducir el riesgo de mortalidad.
El estudio fase IV “REPLACE”, realizado en 22 países con la participación de 226 pacientes, mostró que tuvieron una respuesta clínica insuficiente al tratamiento con inhibidores de la fosfodiesterasa-5 (taladafil o sildenafil) administrado solo o en combinación con un antagonista del receptor de endotelina (ARE) presentaron beneficios significativos cuando cambiaron al tratamiento con riociguat, destacó el Dr. Tomás Pulido Zamudio, Jefe del Departamento de Cardioneumología en el Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez” e investigador participante en el estudio.
El número de pacientes que alcanzaron el objetivo de mejoría clínica significativa y ausencia de deterioro clínico fue dos veces más alto en el grupo de riociguat (41%) que los del grupo tratado con inhibidores de la fosfodiesterasa-5 (20%), incluyendo pacientes que estaban en terapia combinada con iFDE-5 más ARE, lo que significa que la transición a riociguat aumentó importantemente la posibilidad de alcanzar tal mejoría clínica.
Esta transición a riociguat mejoró en los pacientes con HAP la capacidad de ejercicio, redujo un biomarcador de insuficiencia cardíaca al optimizar la función cardíaca y pulmonar, y mejoró la clase funcional de la OMS, en la mayoría de los pacientes, permitiéndoles recuperar su independencia para realizar actividades cotidianas.
"Es gratificante y esperanzador ver que el 41% de los participantes del estudio REPLACE alcanzaron el objetivo primario de mejoría clínica al pasar de la terapia con inhibidores de la FDE-5 a riociguat, lo cual sugiere que los pacientes con respuestas inadecuadas a las terapias con iFDE-5 pueden beneficiarse de la transición a riociguat”, agregó el especialista.
Un punto importante por destacar es que riociguat está incluido en el Compendio Nacional de Insumos para la Salud, lo que significa que esta terapia debería estar disponible en todas las instituciones de salud pública del país.
Asimismo Pablo Trejo, presidente de la Asociación Mexicana de Hipertensión Arterial Pulmonar, expresó: “Los pacientes con HAP se encuentran en un riesgo mayor durante la pandemia, ya que además de ser un grupo vulnerable frente al COVID-19, la conversión de los hospitales donde eran tratados a hospitales de atención para coronavirus, ha generado un efecto negativo en su atención, que va desde la falta de acceso o retraso en la entrega de medicamentos, hasta el retraso o cancelación de consultas, estudios y terapias de rehabilitación, acciones que pueden promover el deterioro de la salud de los pacientes con HAP”, enfatizó.
Por ello, destacó la necesidad de que todas las instituciones de salud no bajen la guardia durante la pandemia, y procuren el acceso a medicamentos específicos y a una atención integral, dado que estas acciones son esenciales para poder mantener en buenas condiciones a los pacientes con HAP.
Finalmente, el presidente de la HAP México reconoció que la Hipertensión Arterial Pulmonar y sus tipos no son curables, pero si se cuenta con un sistema de salud con una estrategia integral de atención y acceso a tratamientos específicos aún en esta “nueva normalidad”, esta enfermedad puede ser controlada, evitando su progresión y salvaguardando la vida de los pacientes, concluyó el directivo.