* Una tercera parte de los casos de epilepsia, presentan casos resistentes a medicamentos anticonvulsivos. Existen alternativas no farmacológicas para tratar casos de difícil control como la dieta cetogénica.
Sección a cargo de G. Adolfo Ruiz J.
CDMX 13 julio 2020. La epilepsia es una enfermedad neurológica
caracterizada por crisis convulsivas, únicas o múltiples, que generalmente
comprometen el estado de conciencia o
estado de alerta de quienes la padecen.
Ésta se agrava aún más cuando es resistente a medicamentos
anticonvulsivos, por lo que las crisis se vuelven complicadas de controlar.
Una de
cada tres personas que la padecen enfrentan un subtipo que se conoce como epilepsia
refractaria o farmacorresistente, esto quiere decir que, aun recibiendo
tratamiento con dos o más medicamentos, los pacientes persisten con
convulsiones.
Es
importante destacar que las crisis convulsivas no siempre son motoras y
generalizadas (como lo vemos en las
películas generalmente), sino que también pueden presentarse crisis de ausencia, con pérdida momentánea de la
conciencia y babeo sin ningún tipo de alteración del movimiento.
También
existen las crisis focales en donde existe una alteración del movimiento, la
memoria y las sensaciones, además de los sentidos de la vista y el oído ó
pueden presentarse también con una repetición compulsiva de ciertos
movimientos, como del brazo o de una sola pierna. A continuación, te explicaremos sobre algunos
síndromes que podrían provocar epilepsia refractaria en niños.
El síndrome
de West es una anomalía cerebral que causa
episodios de convulsiones de difícil control. En la mayoría de los
pacientes los síntomas inician durante el primer año de vida y se diagnostica
con base en tres hallazgos: convulsiones, retraso del desarrollo
psicomotor y electroencefalogramas (EEG) con un trazado característico de
hipoarritmia, que se refiere a ondas cerebrales desorganizadas.
Otro
síndrome que se manifiesta regularmente antes de los 4 años de edad es el de Lennox-Gastaut.,
que al igual que el de West, se detecta
por la presencia de anormalidades en el EEG, múltiples tipos de crisis epilépticas, así
como deterioro cognitivo y del desarrollo y/o alteraciones en el
comportamiento. Más del 50% por
ciento de los casos con síndrome de Lennox Gastaut, son resistentes a los
antiepilépticos habituales.
También
conocido como Epilepsia Mioclónica Severa (EMS) de la Infancia, el síndrome
de Dravet se puede presentar entre los 4 y 12 meses de vida, se
caracteriza por convulsiones de duración prolongada. Otras consecuencias son el
retraso del desarrollo y en el caso de los EEG, a menudo no muestran
anormalidades evidentes sino hasta el segundo o tercer año de vida. Los niños con síndrome de Dravet con
frecuencia tienen un pobre desarrollo del lenguaje y las
habilidades motoras, hiperactividad y dificultad para interactuar con otros
niños. Los primeros episodios
del síndrome, pueden ser confundidos con convulsiones febriles, por ello la
importancia de la detección oportuna.
Finalmente
el Síndrome
de Doose, es una epilepsia infantil poco frecuente,
pero que provoca casos de epilepsia refractaria. Comienza entre los 2 y los 4
años y son los varones quienes tienen el doble de posibilidad de
desarrollarla. Además de las
convulsiones, los pequeños que los padecen enfrentan principalmente crisis
mioclónicas, que son contracciones rápidas y breves de los
músculos, en general se producen en ambos lados del cuerpo; también se
pueden presentar episodios de atonía (pérdida del tono muscular),
los cuales producen una caída brusca e inesperada al suelo.
Ante
estos casos de difícil tratamiento y su resistencia a fármacos, se pueden
considerar otros tratamientos complementarios a los medicamentos
anticonvulsivos, como la Dieta Cetogénica, este régimen
alimenticio consiste en una alimentación diseñada específicamente para cada
paciente muy alta en grasas, muy baja en carbohidratos y normal en proteínas. Y
sus benéficos en quienes padecen epilepsia refractaria están bien documentados
por investigaciones de la American
Epilepsy Society. La implementación
de una dieta cetogénica para un paciente con este diagnóstico debe ser
estrictamente vigilada por el neurólogo, el nutriólogo y los padres en
conjunto.
La dieta cetogénica ha demostrado en
diversas publicaciones científicas alrededor del mundo ser muy útil como terapia coadyuvante en
estos casos; esto, por su potencial de reducir los episodios convulsivos
significativamente y en algunos casos inclusive eliminarlos por completo.
Identificar
otras opciones aunadas al tratamiento farmacológico de un paciente con
epilepsia refractaria, ayudará tanto al paciente como a su entorno familiar y
social, a sobrellevar un padecimiento tan complejo como la epilepsia
refractaria, contribuyendo a mejorar su calidad de vida.