* La salud mental debe trascender lo paliativo y enfocarse al bienestar social. Intervenciones específicas en las personas adultas mayores durante la pandemia. Imperativo atender a personas con discapacidad y a sus cuidadoras.
Sección a cargo de
G. Adolfo Ruiz J.
CDMX 20 mayo, 2020. Ante la situación sin
precedentes que se vive en todo el mundo por la pandemia y sus repercusiones en
la salud, la economía y las relaciones humanas, el Mtro. Raúl Martín del Campo
Sánchez, director adjunto del
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, señaló que el
Comité Permanente de Organismos de las Naciones Unidas (IASC por sus siglas en
inglés) plantea que los profesionales de la salud mental trasciendan el enfoque
paliativo, para proponer estrategias de bienestar social a mediano y largo
plazo.
Es
necesario concentrarse en intervenciones con objetivos específicos destinados a
grupos con trastornos mentales específicos, más la salud mental requiere
también de un enfoque integral centrado en el bienestar social, agregó. “Este
enfoque se ocupa de las necesidades de salud psico-social de toda la población
afectada, independientemente de su contacto directo o indirecto con el virus,
su género, raza/grupo étnico, condición social edad, vocación o afiliación”.
Las actividades
de bienestar psico-social aplicables a todos los miembros de la
sociedad incluyen el desarrollo de habilidades para la vida, estrategias de
autoayuda (ejercicios de respiración, relajación y otras prácticas culturales)
que ayudan a lidiar con el estrés, así como formas para que las personas apoyen
a otras, mencionó, y puntualizó que toda crisis nos presenta una oportunidad,
pues las emergencias sanitarias conllevan el influjo de recursos, lo que es una
importante oportunidad para fortalecer las estructuras de salud mental,
asistencia social y bienestar social a largo plazo.
Citó el
experto la Guía del IASC de las Naciones Unidas consensuada para la salud
mental en la Emergencia Humanitaria por el Covid-19, la cual recomienda
intervenciones para todos estos grupos poblacionales. Durante la cuarentena,
las personas adultas mayores pueden estar más ansiosos, enojados, estresados,
alterados, así como desconfiados, por lo cual ha de proporcionárseles
apoyo emocional, sobre todo por intermediación de la familia y, de ser posible,
con ayuda de profesionales de la salud mental. Afirmó que se les debe indicar,
con claridad cómo reducir el riesgo de infección en lenguaje que las personas
mayores con o sin discapacidad cognitiva puedan comprender.
El
integrante mexicano de la Junta Internacional para la Fiscalización de
Estupefacientes (JIFE) consideró que se deben satisfacer sus necesidades
cotidianas y médicas durante el periodo de cuarentena, como el acceso
ininterrumpido a sus medicamentos esenciales, además de que pueden brindarse
servicios de telemedicina. Puesto que algunas personas mayores no saben usar
las redes sociales de internet, la mejor forma de comunicarse con ellas es
mediante sus teléfonos fijos o visitas personales periódicas (si fuera posible
y con las medidas preventivas adecuadas), apuntó.
Por otra
parte, añadió, el Comité de la ONU llama la atención sobre las barreras que
pueden estar experimentando las personas con discapacidades y sus cuidadores
para acceder a la atención y la información esencial que les permita reducir su
riesgo durante el brote de COVID-19.
Expuso
que esas barreras pueden ser del entorno (comunicación de riesgos, centros de
salud no adaptados); institucionales (afrontar el gasto de los servicios, falta
de protocolos) y culturales (prejuicios, estigma y discriminación).
“La
consideración de las necesidades de las personas con discapacidades es
fundamental. Se deben elaborar mensajes de comunicación accesibles, a quienes
viven con discapacidad (sensorial, intelectual, cognitiva y
psicosocial) en sitios web y hojas informativas accesibles para ellos”.
También han de tomarse en cuenta, agregó, noticias y conferencias de prensa
sobre la pandemia que incluyan a intérpretes en lenguajes de señas
certificados. Los servicios sanitarios procurarán contar con personal que sepa
lenguaje de señas o con intérpretes.
Por
supuesto que las organizaciones comunitarias y de personas discapacitadas serán
de la mayor utilidad para comunicar y brindar apoyo, concluyó el especialista.