|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Por G. Adolfo Ruiz J.
CDMX 23 febrero 2017. La resistencia bacteriana o resistencia a los antibióticos es cuando las bacterias, virus, hongos o parásitos se hacen resistentes a los medicamentos que se emplean en el tratamiento de una infección. Esta condición afecta principalmente a menores entre 1 y 4 años de edad, así como en adultos, mayores, anunció el Dr. Abiel Mascareñas.
Fue así que el doctor Antonio Luévanos Velázquez, Presidente de la Asociación Mexicana de Infectología Pediátrica (AMIP), explicó que algunas condiciones de salud en los menores como; la exposición a antibióticos de forma repetitiva, pueden propiciar resistencia a los antimicrobianos por ello la infectología pediátrica juega un papel importante en la salud de los niños mexicanos.
La resistencia bacteriana puede ocurrir cuando las bacterias que se encuentran de manera natural en el cuerpo, desarrollan mecanismos de defensa contra los medicamentos, ante cualquier infección por común que esta sea ya que son usados indiscriminadamente generando cierta resistencia.
A nivel hospitalario se sabe que el 2.6 % del total de las infecciones son nosocomiales y alargan la estancia del paciente. Estas infecciones pueden ser mortales para los pequeños, pues al permanecer más tiempo hospitalizados llegan a complicar su estado de salud, y se contagian de otros organismos patógenos que no tenían..
La automedicación es la principal causa; ya que el uso indiscriminado de antibióticos ocasiona que las bacterias originen memoria y con el tiempo no reaccionen con los tratamientos antimicrobianos. Estudios e investigaciones realizadas en México y el mundo han arrojado que del 48 % o hasta el 52 % de las prescripciones médicas no están debidamente fundamentadas o dirigidas. También los médicos deben escribir claramente las recetas y, de parte de los dispensadores farmacéuticos no cambiar o confundir los productos ya que ponen en riesgo la vida de las personas, enfatizó.
En nuestro país el mayor número de recetas de antibióticos son para infecciones del sistema respiratorio, aunque la mayoría de estas son de origen viral, por lo que no existe ninguna indicación para dar un antimicrobiano.
En el año 2008 el Gobierno Federal y la Secretaría de Salud realizaron un gasto cercano a los $950 millones de dólares en la compra de antibióticos y actualmente esta cifra podría rebasar los $1,040 millones de dólares. A pesar del riesgo en el uso indiscriminado de estos medicamentos, sólo 13% de los hospitales de salud pública cuentan con una política de disminución del uso de antibióticos.
Cabe destacar que la tasa de mortalidad por Infecciones Respiratorias Agudas en niños de 1 a 4 años es de 4.90 por cada 100,000 niños, mientras que por Enfermedades Diarreicas Agudas es de 3.47, las cuales son las principales causas de muerte por infecciones en México.
El rol del pediatra en la disminución de este problema de salud es vital, pues es quien determina si la infección es viral, bacteriana o alérgica, y así evita una mala prescripción y no dar antibiótico si el paciente no lo requiere.
Recordó que si bien el médico debe seleccionar el tratamiento adecuado para cada paciente, es responsabilidad de padres y familiares vigilar que el paciente cumpla y termine su esquema de tratamiento para evitar en un futuro una resistencia bacteriana.
Cerca de 10 años la industria farmacéutica no ha fabricado o descubierto un nuevo antibiótico, por eso hay que utilizar los ya existentes en forma racional para mantener su efectividad antimicrobiana, en los procesos infecciosos.
En México, específicamente en la Ciudad de Cancún; Quintana Roo, se llevará acabo el XXXVI Congreso Interamericano de Infectología Pediátrica y el XXII Congreso Latinoamericano de Infectología Pediátrica.
Ambos eventos de la Asociación Mexicana de Infectología los que reunirán a microbiólogos, químicos clínicos, pediatras y enfermeras capacitados para ofrecer un servicio especializado en pediatría y brindar una mejor atención médica a los menores.
En el congreso serán tratados temas como el uso adecuado de los antibióticos y el análisis de la resistencia bacteriana, el VIH/SIDA, la microbiólogía clínica, la enfermería infectológica y salud pública, entre otros.