* La psoriasis es una enfermedad crónica, no transmisible, dolorosa, que desfigura e incapacita. Causa discriminación, incapacidad y pérdida de la productividad, además no es contagiosa y se puede controlar. En comparación con otro tipo de pacientes, éstos tienen mayores índices de suicidios.
Por G. Adolfo Ruiz J.
CDMX 13 octubre 2016.-
La
psoriasis causa un gran impacto
negativo en su calidad de vida pues, en su mayoría, manifiestan vergüenza,
falta de autoestima y elevados niveles de ansiedad, por ello existe una correlación
directa con el incremento de la prevalencia en depresión, en comparación con
otro tipo de pacientes, éstos tienen mayores índices de suicidios.
Esta enfermedad no sólo causa síntomas dolorosos,
debilitantes y altamente visibles, sino que también se asocia con una multitud
de deterioros psicológicos. El Día Mundial de la Psoriasis, se
conmemora el 29 de octubre.
Uno de los principales retos de la enfermedad es que
diagnostique de manera oportuna por un especialista y tenga acceso a una
terapia que coadyuve en detener el progreso de la enfermedad y mejore su
calidad de vida, ya que los síntomas del
padecimiento en muchas ocasiones los pacientes son víctimas de rechazo, estigma
y discriminación social.
La discriminación
contra los pacientes con psoriasis afecta su capacidad para acceder a una
adecuada atención médica. Existe la falsa creencia de que la enfermedad es
contagiosa y tiene como consecuencia la exclusión laboral y social, ocasionando
aislamiento.
La Dra. María De los Ángeles Vargas, Coordinadora del Servicio de Psiquiatría de
Enlace del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición y el médico en
Jefe de la consulta externa del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y
Nutrición “Salvador Zubirán”, señaló; “Es importante que el paciente reciba
un diagnóstico oportuno y tenga acceso a un tratamiento adecuado que aminore o
disminuya los síntomas visibles, los cuales son la principal causa de depresión
y ansiedad estigma y discriminación por parte de la sociedad”.
La psoriasis es
una enfermedad crónica, no transmisible, dolorosa, que desfigura e incapacita y
que no se cura, con gran impacto negativo en la calidad de vida (QoL) de los
pacientes. Puede presentarse a cualquier edad y es más común entre los 50-69
años de edad. La prevalencia de este padecimiento, reportada en diversos
países, varía entre 0.09% y 11.4%, haciendo de la psoriasis un problema de
salud a nivel mundial, muy serio, tanto que la Organizacional Mundial de la
Salud recientemente publicó un reporte mundial sobre la enfermedad, en el cual
destaca que muchas personas en el mundo sufren
innecesariamente de psoriasis debido a un diagnóstico incorrecto o
retrasado, opciones inadecuadas de tratamiento y falta de acceso a la atención,
y debido a la estigmatización social.
En su exposición la Dra. Lorena Estrada, médico adscrito al
Servicio de Dermatología del Hospital Regional Lic. Adolfo López Mateos,
comentó: “La psoriasis es una enfermedad autoinmune que involucra la piel y las
uñas y asociada con varias comorbilidades. El paciente padece picazón y dolor
en sus lesiones algunos de ellos desarrollarán artritis psoriásica, teniendo
como consecuencia deformación en las articulaciones y discapacidad”.
En México, la psoriasis representa el 2% de la consulta
dermatológica, con una incidencia aproximada de 2.5 millones de personas
afectadas, de las cuales 25-30% tiene cuadro clínico de moderado a severo de
acuerdo con numerosos estudios, hay una coexistencia de psoriasis y otras
enfermedades sistémicas serias como: enfermedades
cardiovasculares, síndrome metabólico incluyendo hipertensión, dislipidemias,
diabetes mellitus, y enfermedad de Crohn.
El Estudio de Carga
Global de la Enfermedad, busca medir la extensión de la discapacidad o
pérdida de salud debido a diferentes enfermedades y entre sus datos, la
medición de los años de vida ajustados por discapacidad (DALY), el promedio
mundial de DALY para psoriasis en 2010 se estimó en 1,050 660 y la mayor carga
de la enfermedad se produjo en el grupo de 50-69 años de edad. El DALY es igual a la suma de los años
vividos con discapacidad (YLD) y los años de vida perdidos (YLL). Un DALY es
igual a un año perdido de vida saludable.
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