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Sección a cargo de G. Adolfo Ruiz J.
CDMX 9 de junio 2016.- En el mundo se calcula que alrededor del 18 % de la población sufre de vejiga hiperactiva (VH), lo que significa que uno de cada 6 personas tiene este problema, el cual afecta gravemente la calidad de vida de quien lo padece y su familia.
Según la International Continence Society (ICS), el síndrome de VH es una disfunción del trato urinario inferior, caracterizado por la necesidad urgente de orinar, con un aumento en la frecuencia de ir al baño de día como de noche (nicturia), acompañado en algunas ocasiones de escapes involuntarios de orina.
Aunque no es un padecimiento mortal, si representa un problema de salud pública común y de gran afectación emocional, el cual se incrementa con la edad; es más común en la población femenina y en personas con algún trastorno neurológico, ya que el control de la vejiga se realiza desde el cerebro.
Para conocer más de esta enfermedad, compartir experiencias y conocer las nuevas herramientas en el tratamiento de la VH, alrededor de 150 especialistas urólogos, ginecólogos, neuro-urólogos y uro-ginecólogos se reunieron en la Ciudad de México en el Curso Internacional de Neuro-urología y Disfunción del Piso Pélvico 2016, que se llevará cabo del 9 al 11 de junio de 2016.
Este curso fue avalado por la Sociedad Mexicana de Urología (SMU), y estuvieron presentes investigadores internacionales como el Dr. David Castro Díaz (España), presidente de la Sociedad Iberoamericana de Neuro-urología y Urología Ginecológica (SINUG); el Dr. Paulo Palma (Brasil), profesor de la Universidad de Campinas y fundador y presidente de la Asociación Latinoamericana de Piso Pélvico (ALAPP); y el Dr. Ervin Kocjancic, Chairman de Educación de la International Continent Society (ICS).
El Dr. Daniel García, Director General de Urocontinent y con subespecialidad en neuro-urología, explicó: “El síndrome de VH se clasifica en dos variables; la VH húmeda, que es aquella donde hay presencia de incontinencia urinaria y la VH seca, donde no hay incontinencia urinaria y, explica que las ganas frecuentes y la urgencia de ir al baño son ocasionadas por contracciones no voluntarias de la vejiga de diferente intensidad y duración.
Estadísticas internacionales muestran que el síndrome de VH se presenta en hombres y mujeres es más común. La prevalencia varía del 14% al 40.5 %, dependiendo de la edad de la persona quien la padece. En Estados Unidos y en Europa la prevalencia es del 35% en mujeres mayores de 18 años. Se desconoce la causa hay muchas teorías para explicar este padecimiento, y el diagnóstico se realiza descartando infecciones urinarias, cuerpos extraños en la vejiga, cáncer de vejiga, etc., y se tiene un arsenal terapéutico para poder ayudar a las personas quienes lo padecen.
En su participación el Dr. Jesús Torres, presidente de la SMU, explicó que para identificar este problema de salud hay que preguntar al paciente sobre la necesidad repentina y urgente de orinar y contar el número de veces que acude una persona al sanitario para ello.
El promedio normal es de 7 ocasiones durante el día y a partir de la visita 8 puede ser considerado como un problema de frecuencia y si una persona no puede dormir sus ocho horas sin acudir al baño también puede ser un signo de VH. Pero debe de estudiarse debidamente para poder dar el tratamiento correspondiente
Otro grupo de población que es afectado son las personas adultas mayores, quienes por el envejecimiento de su vejiga van perdiendo elementos que le dan distensión adecuada (colágeno y elementos viscoelásticos), además del envejecimiento la mala circulación (baja oxigenación) de este órgano (la vejiga) lo que disminuye la capacidad del volumen vesical y de retener la orina.
“Hay casos muy graves que en la consulta hemos detectado pacientes que acuden hasta 25 veces al baño en el día y 15 veces por la noche, esto representa un daño severo a su calidad de vida, ya que viven pendientes de la disponibilidad de sanitarios para hacer su vida diaria y no pueden descansar por tener que levantarse constantemente de su cama; a la larga, esto se vuelve un serio problema de salud que afecta todo su entorno familiar y social, acotó el doctor Torres.
El tratamiento es multidisciplinario y va desde medidas higiénicas, dietéticas (evitar el uso de alimentos irritantes), exámenes de diagnóstico y terapias farmacológicas que actúan de diversas formas en la vejiga. Entre los tratamientos más usados están los anticolinérgicos, medicamentos que ayudan a disminuir esas contracciones involuntarias de la vejiga, como la solifenacina, que ayuda a quienes la usan a disminuir los síntomas es preciso que este tratamiento sea recetado por un médico.
Además, en los próximos meses se tendrá un nuevo avance médico a través del primer agonista de los receptores adrenérgicos beta-3, llamado Mirabegrón. Este medicamento actúa adhiriéndose a los receptores beta-3 que se encuentran en las células musculares de la vejiga y los activa y la vejiga se relaja, lo que aumenta su capacidad y modifica la forma en que se contrae, resultando una disminución del número de contracciones de la vejiga y, por tanto una reducción del número de veces de orinar. También asistieron los médicos especialistas. Por eso invitaron a la población a acudir con su urólogo y recibir la terapia indicada para esta enfermedad.