Sección a cargo de G. Adolfo Ruiz J.

CDMX 16 de mayo 2016.- El asma es una enfermedad inflamatoria y se estima que afecta a 300 millones de personas a nivel mundial, en México la prevalencia oscila entre un 5% y 12% de la población. Sin embargo, la enfermedad se acentúa en pacientes en edad pediátrica, convirtiéndose en la afectación respiratoria crónica más frecuente.

En el marco del Día Mundial del Asma, que se conmemoró el pasado 5 de mayo, y debe ser una oportunidad para destacar la importancia de su detección oportuna y tratamiento adecuado, para disfrutar de una mejor calidad de vida.

Se trata de una enfermedad crónica que provoca inflamación y estrechamiento de los bronquios, lo que disminuye su diámetro interno y reduce el flujo de aire que entra y sale de los pulmones. Los principales factores de riesgo son la combinación de una predisposición genética y la exposición ambiental que pueden provocar reacciones alérgicas.

En México, es una de las 10 primeras causas de los servicios de salud, especialmente los de urgencias y de consulta externa. Tiene grandes variaciones regionales afectando en mayor medida a pacientes de Yucatán, Tabasco, Veracruz y Guerrero que en los que se encuentran en el Altiplano. El asma se presenta en cualquier sexo, edad, o nivel socioeconómico, pero afecta mayormente a los niños con antecedentes de atopia (tipo de mecanismo inmunitario).

Este padecimiento se  incrementó del 2002 al 2011 y su prevalencia en un 52% en niños mexicanos menores de 5 años, posicionándose como la enfermedad crónica más común de la infancia y primera causa de ausentismo escolar, consultas urgentes al pediatra y hospitalización en el país.

El diagnóstico se basa en el cuadro clínico característico así como la realización de un estudio denominado  espirometría (estudio que mide volumen y flujo de aire en los pulmones). El asma aunque no es curable, puede ser controlada en un 80% si el paciente utiliza el tratamiento adecuado.

El apego al tratamiento y seguir las indicaciones del médico es determinante para que los pacientes puedan gozar de una mejor calidad de vida. Para aliviar los síntomas y controlar la progresión del asma es necesario administrar medicamentos a largo plazo, como corticosteroides inhalados.

El asma se clasifica en  leve, moderada o severa. Como consecuencia, quienes no lograban controlar la enfermedad consiguen reintegrarse a sus actividades cotidianas, incluyendo realizar actividad física,

Adicional al tratamiento farmacológico es importante que el paciente evite estímulos que puedan desencadenar la inflamación de las vías respiratorias. Con apoyo médico, cada paciente debe aprender a conocer qué desencadenantes debe de evitar.

Factores de riesgo:

• Alérgenos presentes dentro de las viviendas, como ácaros del polvo doméstico que se encuentran en las ropas de cama, las alfombras y los muebles, contaminación del aire o caspa de los animales de compañía. • Pólenes o los mohos. • Humo del tabaco.  • Irritantes químicos en el lugar de trabajo.• Contaminación atmosférica. • Aire frío. • Emociones fuertes (miedo, ira). • Algunos medicamentos como: ácido acetilsalicílico, antiinflamatorios no esteroideos y betabloqueantes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que el asma es muy importante desde el punto de vista de la salud pública, e impulsa a que niños y adultos diagnosticados tengan acceso a tratamientos innovadores que reduzcan la discapacidad y la mortalidad prematura relacionadas con el asma.

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