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REDACCIÓN:
Por su naturaleza fisicoquímica, la ceniza emitida por el volcán Popocatépetl, podría resultar benéfica para los cultivos agrícolas de las inmediaciones al cráter, pero también puede causar graves problemas de salud en la población expuesta, por lo que es urgente conocer a detalle sus características de las mismas, alertó Prócoro Gamero Melo; investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Unidad Saltillo.
El investigador doctorado en ciencias químicas explicó que las cenizas de los volcanes a pesar de tener efectos nocivos en la salud de las personas, proporciona a las plantas micronutrientes metálicos que no están presentes en los fertilizantes comunes y que son necesarios para su crecimiento, sirviéndole incluso como plaguicida.
Sin embargo, la ceniza puede genera irritación de las vías respiratorias e infección en los ojos, incluso cuando las partículas son de un tamaño menor a 2.5 micras pueden llegar hasta los pulmones.
Por lo anterior, afirmó que es necesario realizar un estudio para conocer la naturaleza de la ceniza, el cual permita predecir que tan grave podría ser su efecto sobre la salud de la población y la afectación de los ecosistemas.
“Al conocer el tamaño de partícula, la composición química y mineralógica de la ceniza que emite el Popocatépetl se podrá contribuir con información que permita tomar las medidas adecuadas para proteger de una mejor forma a la población de los efectos nocivos de la ceniza y en su caso aprovecharla para los cultivos”.
“Realizar un análisis de la ceniza es urgente, debido a que en ocasiones está constituida de partículas muy pequeñas de sílice y silicoaliminatos que después de una exposición prolongada podrían generar enfermedades como la silicosis, similar a las que sufren los mineros, explicó el investigador de la Sección de Recursos Naturales y Energéticos del Cinvestav Saltillo.
La silicosis es una enfermedad pulmonar irreversible que se desarrolla por la inhalación continua de partículas de polvo que entran al organismo por las vías respiratorias, desencadenando la fibrosis nodular de los pulmones.
El riesgo de la ceniza para la población recae en su tamaño, partículas menores de 10 micras, no es posible retenerlas en las vellosidades de la nariz por lo que llega a las vías respiratorias, la población está expuesta a un peligro similar o mayor al que corren los trabajadores de las fábricas en la que se generan polvos.
La ceniza afecta también a los mantos acuíferos, pues al entrar en contacto con el agua, las sales metálicas contenidas en ella se disuelven y se van hacia los arroyos, a su vez esta agua si se utiliza para el riego de hortalizas u otras plantas, los metales se van acumulando en ellas y de esta manera pueden incorporarse al ciclo alimenticio de los animales y seres humanos, comentó el investigador.
Consumir agua contaminada con metales pesados tiene consecuencias dañinas en los seres vivos, en el largo plazo esto puede resultar en una disminución de capacidades físicas, musculares y neurológicas.
Asimismo, de acuerdo al científico de Cinvestav, la ceniza tiene efectos en los autos expuestos a ella, dañando la pintura pues funciona como abrasivo, por lo que se debe evitar limpiarlo en seco.
La ceniza acumulada en presencia de agua, con el tiempo puede incluso dañar estructuras metálicas generando oxidación y corrosión. Aparte de lo anterior la ceniza tiene ciertas propiedades “cementantes”, lo que puede originar la formación de una capa de este material en las tuberías provocando obstrucciones e inundaciones.
Para proteger la salud de las personas expuestas es recomendable utilizar cubre bocas especiales para retener material particulado muy fino, estos proporcionan una mayor retención de las partículas de ceniza en comparación con los de tela que comúnmente son utilizados.