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Recuperar ácido desoxirribonucleico (ADN) antiguo de restos humanos y analizarlos a nivel genómico podría establecer la evolución de algunos microorganismos y descubrir los mecanismos responsables del desarrollo de la resistencia a antibióticos, lo cual tendría una aplicación práctica de gran impacto para el diseño de nuevas drogas,  afirmó Rafael Montiel Duarte; científico del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) Unidad Irapuato.

El encargado del  Laboratorio de Paleogenómica del Cinvestav Unidad Irapuato destacó que con este tipo de estudios del ADN también se podrían hacer estimaciones  acerca del  tiempo que tardaran estos microorganismos en desarrollar resistencia a los medicamentos.

Actualmente en este laboratorio, dijo, se analiza si algunos individuos que vivieron en la época prehispánica pudieron padecer tuberculosis  (Mycobacterium) y cómo evolucionaros estos microorganismos y se hicieron resistentes a los antibióticos.

El experto precisó que estudiar el ADN antiguo de seres humanos permitirá conocer la variabilidad genética de las poblaciones precolombinas, saber cómo se ha moldeado el genoma del mexicano hasta la actualidad y descubrir cuáles son las verdaderas consecuencias genéticas del mestizaje.

La importancia de conocer la viabilidad genética también repercutirá en otros aspectos de la salud; por ejemplo, en saber cómo se han adaptado los genes a las dietas que fueron introducidas por los españoles y las que se siguen introduciendo hasta ahora. Son estudios de genómica básica, pero que pueden tener implicaciones de salud para la población mexicana actual.

El científico señaló que a un año de la creación del Laboratorio de Paleogenómica, ya tiene resultados preliminares. Por ejemplo,  en colaboración con la Universidad de Stanford, consiguieron a amplificar el agente causante de la sífilis en muestras de individuos españoles de la época medieval. Además, se encuentran trabajando con restos de treinta individuos procedentes de una población teotihuacana llamada “Teopancazco”, de los cuales están secuenciando el ADN mitocondrial.

En una segunda línea de investigación, el laboratorio se analizando material genético y genómico de plantas, con el propósito de identificar los cambios ocurridos durante su proceso de domesticación e industrialización; por el momento analizan muestras de maíz  con mil años de antigüedad, procedentes de Durango, y esperan permiso del Instituto Nacional de Antropología e Historia para realizar excavaciones en “Teotihuacán y Puebla” para obtener muestras más antiguas.

Mediante los estudios en plantas de maíz se intenta ver que tanta variabilidad han ido perdiendo las especies; se sabe que en México muchas razas de maíz  se encuentra amenazadas por la reducción de su variabilidad genética y estos estudios permitirán conocer cómo eran en su forma original y tal vez se podría reintroducir parte de esa variabilidad, a las especies actuales.

Sería una manipulación genética diferente a la que se ve normalmente, esa de introducir genes diferentes en otra especie, simplemente se reintroducirían genes que ya les pertenecían, pero que se han ido perdiendo. Aquí no se podría hablar de maíz transgénico porque sería reintroducir los mismos genes de la misma variedad.

El investigador precisó que la importancia de los estudios sobre la variabilidad genética de las plantas se pueden observar en el caso de la Escherichia coli (E.coli) alemana,  los científicos pudieron descubrir pronto cuáles son sus genes causantes de la afinidad a los vegetales,  porque se adhieren fuerte al intestino y por qué provocan más daño; esto se pudo determinar gracias a que se tiene el contexto completo de la variabilidad de la especie.