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Los bebes nacidos en agua nacen tranquilos, tienen mejor desarrollo muscular y son menos irritables, mientras que con cesárea los bebés viven un evento traumático, además de que el proceso de recuperación para la madre es mucho más complejo y tardado y menor incidencia de enfermedades durante el primer año de vida (relacionados con estrés y disminución de las defensas).

El dar a luz a tu bebé, es una experiencia maravillosa e irrepetible, y es de suma importancia elegir el método adecuado para sentirse segura, contenta y disfrutes al máximo; además de los métodos tradicionales existen otras alternativas de alumbramiento; como el parto en agua; que es una modalidad de parto natural donde su principal elemento es el agua, brindando excelentes resultados en embarazadas de bajo riesgo

En el parto acuático, la madre recibe a su hijo en una piscina o bañera especial con agua mantenida a la temperatura corporal. El niño nace en el agua, evitando la experiencia traumática al cambiar de un ambiente a otro; además la mayoría de las veces la mujer no elige adoptar la posición horizontal, sino la postura vertical, lo que favorece tanto a la mamá como al pequeño; pues la fuerza de gravedad ayuda a que el trabajo de parto progrese y a que el bebé descienda lentamente con cada contracción.

El parto acuático requiere de preparación a través de un curso psico-profiláctico, en el que se le enseña a la futura madre a confiar en las habilidades de su cuerpo para entender y participar activamente en el trabajo de parto y en el nacimiento. Aprenderá lo que va a pasar, lo que va a sentir, el entusiasmo y el entrenamiento en las técnicas para manejar el dolor y responder a él.

Por ello Gabriela Zebadúa; Directora de Mi parto en agua, comentó: “El bebé estará mejor oxigenado, ya que en esta posición el útero no hace presión sobre la vena cava. Además percibirás con mucho menos intensidad las contracciones debido a que el útero hace presión sobre la parte baja de la espalda”. Otro de los beneficios del parto en agua es que es menos agresivo para el bebé, ya que sale a un medio similar del que viene. Minutos después del alumbramiento el papá puede cortar el cordón y darle la bienvenida a su pequeño hijo.

También mencionó: “De inmediato el reconocerá tu olor, los latidos de tu corazón, tu voz y esto le dará seguridad, ahí se sentirá contenido, podrá hacer contacto con tu calor, tu mirada y tu voz”. El primer parto en agua registrado en esta modalidad tuvo lugar en Francia en 1803, y se ha practicado en Europa desde la década de 1970 y en EEUU a partir de 1985.

Mi parto en Agua,  es una Institución que tiene como misión mejorar la calidad de atención a la maternidad, así como proteger y mejorar el bienestar de los padres y los niños durante el embarazo, el nacimiento y la primera infancia. El embarazo y el parto son procesos fisiológicos naturales, que tienen que ser vividos y tratados como tales. Si requiere mayor información contacte: wwww.tupartoenagua.com.