* El 50% de las personas afectadas no lo consideran una enfermedad, esto provoca aislamiento social debido a que la persona no puede contener el escape de orina y tiene mal olor. * Personas tratadas con Botox, en su mayoría, vuelven a ser continentes en 6 años.
Por: Adolfo Ruiz.
Para muchas personas el ir muchas veces al baño o tener sensación constante de querer orinar, es algo de todos los días y por ello le restan importancia, sin saber que esto puede ser el inicio de una enfermedad llamada vejiga hiperactiva.
Estadísticas de la Secretaria de Salud revelan que en México, que el 23% de la población mayor a 18 años, presenta este padecimiento y el 50% de la población que la padece, no la considera como enfermedad.
Asimismo, aseguran que la incidencia de esta disfunción aumenta con la edad y que la prevalencia de incontinencia por urgencia vesical es mucho más frecuente en las mujeres (9.3% en mujeres y 2.6% en hombres).
Por ello de acuerdo con el Doctor José Luis Campos, médico urólogo e integrante de la Sociedad Mexicana de Urología, comentó: “La vejiga hiperactiva o incontinencia urinaria de urgencia, se caracteriza por una sensación urgente de ganas de orinar, que muchas veces impiden llegar al baño, con un aumento en la frecuencia de las micciones y a menudo con levantarse varias veces por la noche para orinar.”
El especialista explicó que existen dos tipos de este padecimiento: La Vejiga hiperactiva idiopática, la cual supone una sensación urgente de orinar y/o escape involuntario de la orina por contracción del músculo detrusor de la vejiga y la Vejiga hiperactiva neurogénica, esta se caracteriza por la sensación urgente de ganas de orinar y/o escape involuntario de la orina, causada por daño en el tallo cerebral y en el sistema nervioso.”
Para tratar este tipo de padecimientos existen diversos tratamientos, que tienen como objetivo aliviar los síntomas como son el aumento de la frecuencia miccional, la urgencia miccional y de incontinencia de urgencia.
Es así que de acuerdo con el Doctor Campos, señaló: “El especialista debe seleccionar el tratamiento con base en la severidad de los síntomas y del grado en que estos interfieren con el estilo de vida del paciente, ya que existen personas que viven en el aislamiento total debido al olor que despiden y que no se atreven a salir a la calle por miedo a orinarse en cualquier instante.”
Además agregó que: “Muchos de los pacientes que presentan síntomas urinarios toman medicamentos anticolinérgicos (medicamentos que ayudan a calmar los espasmos o contracciones al inhibir la liberación de la acetilcolina), sin embargo, estudios han demostrado que cerca del 82% de las personas que son tratadas con estos, abandonan el tratamiento por causa de los efectos colaterales, del mal seguimiento del paciente y la limitada eficacia de los medicamentos prescritos.”
Abundó: “Actualmente existe una alternativa para estos pacientes, la cual consiste en aplicar Botox® en las paredes del músculo detrusor, lo que provoca un efecto de bloqueo en el nervio para que no exista presión en la vejiga y por ende el paciente tenga control sobre el momento de orinar.”
En un estudio publicado en The Journal of Urology, reveló que más del 74% de los pacientes tratados con Botox, pasaron a ser continentes durante un mínimo de siete días consecutivos y cerca del 88% de los mismos vuelven a ser completamente continentes después de 6 años de varias aplicaciones de Botox®. “Es importante valorar las condiciones del paciente y los beneficios fisiológicos y emocionales que le puede traer el poder controlar la salida de la orina, para poder brindarle la opción de tratamiento que mejor se adecue a sus necesidades,” concluyó el especialista.
La toxina botulínica, es una neurotoxina elaborada por una bacteria denominada Clostridium botulinum. La capacidad que posee la toxina botulínica para producir parálisis muscular por denervación química, se aprovecha para usarla como medicamento en el tratamiento de ciertas enfermedades neurológicas y como producto cosmético para tratamiento estético de las arrugas faciales.