* En los 3, 619 Centros de Atención Rural al Adolescente (CARAs), los adolescentes reciben educación en más de 30 temas: alimentación saludable, prevención de diabetes e hipertensión, adicciones y violencia.
Por: Adolfo Ruíz.
Cerca de 10 millones de personas que atiende IMSS-Oportunidades, 2 millones 300 mil beneficiarios corresponden a jóvenes de entre 10 y 19 años de edad, que viven en comunidades indígenas y campesinas, en su mayoría en zonas marginadas y de escasos recursos. De éstos, más de 300 mil asisten cada año a los Centros de Atención Rural al Adolescente (CARAs).
En los CARAs, se imparten más de 30 temas y los ejes principales son: prevención de enfermedades, promoción de la salud y desarrollo, los cuales se imparten en sesiones educativas y se refuerzan a través del intercambio de ideas con sus pares, fungiendo el personal médico del IMSS como facilitador de este trabajo.
El doctor Juan Carlos Ledesma Vázquez; jefe del Departamento de Salud Reproductiva de la Unidad IMSS-Oportunidades, explicó que estos centros son espacios exclusivos destinados para atender a los adolescentes, y se ubican en cada una de las 3 mil 549 Unidades Médicas Rurales (UMR) y 70 Hospitales Rurales (HR) que tiene el Programa IMSS-Oportunidades en 17 estados del país.
Señaló que en este año y dentro del proceso de mejora de la estrategia CARAs, se desarrolla una serie de acciones a fin de fortalecerlos y responder de mejor forma a las necesidades y expectativas de los jóvenes. El trabajo del Programa IMSS Oportunidades ha reducido el porcentaje de jóvenes embarazadas y se ha incrementado el uso de métodos anticonceptivos
Explicó que IMSS-Oportunidades, consideró necesario, en coordinación con el Programa de Atención a los 100 Municipios de más Bajo Índice de Desarrollo Humano, reforzar la infraestructura y los recursos de los CARAs ubicados en estas comunidades, a fin de que cuenten con mejores instalaciones y mayor equipamiento.
Dijo que más que un lugar físico, los CARAs constituyen una estrategia educativa específica de atención, que tiene como objetivo transformar las actitudes y prácticas de riesgo a que habitualmente se ven expuestos los jóvenes en esta etapa, tales como las practicas sexuales que conlleva embarazos no planeados e infecciones de transmisión sexual, alcoholismo o uso de otro tipo de drogas, violencia y trastornos de la alimentación.
Puntualizó que los grupos educativos en los centros están formados por núcleos de 15 a 25 adolescentes, que sesionan dos horas a la semana; cada uno expone su propia dinámica y el personal médico y trabajadoras sociales tienen la tarea de ser facilitadores, pues son los jóvenes quienes desarrollan y coordinan las actividades; 20% se dedica a la parte conceptual-temática y el tiempo restante para intercambiar ideas y experiencias.
“El Centro de Atención Rural al Adolescente”, es un programa pionero y el Programa IMSS-Oportunidades es el único que cuenta con una estrategia específica y con una amplia cobertura de atención a los jóvenes”, finalizó el especialista.