Sección: RESP. SOCIAL


CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS POSTRAUMÁTICAS DESPUÉS DEL S19.

* Realizan Taller vivencial sobre salud mental para quienes padecieron un estrés agudo temporal que afectó su equilibrio psicosocial. La AMPAG brindó atención psicológica en escuelas, empresas, institutos nacionales y su clínica durante los días de crisis beneficiaron a 1,668 personas afectadas por los sismos.

Por Ana Díaz Madrid:

CDMX 04 diciembre 2017.- Loa acontecimientos imprevistos causan stress, pero algunos  dejan una “huella profunda”, como lo generado por los sismos del pasado 7 y 19 de septiembre que azotaron parte del país pero sobre todo, lo acontecido en la Ciudad de México, que desgraciadamente cobro vidas humanas y afecto varias edificaciones en los Estados de Morelos, Puebla, Chiapas y Oaxaca principalmente.

El terremoto fue un acontecimiento traumático, inesperado, violento y costoso para el psiquismo. Cada uno de nosotros recibió el impacto de una forma particular: nos sentimos invadidos por el miedo, la angustia y la sensación de vulnerabilidad, por de saber que varias personas perdieron la vida y su patrimonio. Los sismos que recientemente vivimos en la CDMX  nos regresaron a los de 1985 y, mentalmente a las experiencias traumáticas no resueltas.

La magnitud de las repercusiones psíquicas de éste desastre natural dependerán de varios aspectos: la intensidad con la que vivimos el sismo, la cercanía con los derrumbes, las pérdidas humanas y/o materiales, haber participado en el rescate y/o atención de víctimas como voluntario y por supuesto, del equilibrio psicológico que poseíamos antes de la catástrofe (Campuzano, Díaz Portillo, 1987).

El concepto de estrés se entiende como una demanda impuesta sobre el organismo que no puede ser dominada o controlada en un lapso razonable, que genera diversas reacciones psicológicas y biológicas, tanto a nivel individual, como grupal.” La tendencia es que los individuos recuperen espontáneamente el equilibrio emocional con sus propios recursos psíquicos.

En 1985 la AMPAG hizo intervenciones en la CDMX. Los terapeutas que participaron refieren haber tenido una sensación inicial de inutilidad, y exactamente 32 años después, tuvimos la misma percepción. Buscamos la asesoría de algunos de los psicoanalistas activos de ese entonces, con la claridad de que no se podía implementar la misma estrategia, pero necesitábamos de su experiencia.

1. ¿Cómo habían vivido la experiencia del martes 19 de septiembre? y  2.  ¿Cómo se habían sentido?  La población atendida en su mayoría fueron personas afectadas por el sismo que experimentaban reacciones psicológicas debido al estrés agudo provocado por la catástrofe, entre ellas; miedo, nerviosismo, preocupación excesiva, tristeza, ansiedad, algunos síntomas somáticos (dolor de cabeza, cansancio, insomnio o exceso de sueño, falta o incremento en el apetito), irritabilidad, escuchar la alerta sísmica sin que fuera real, sensibilidad ante ruidos fuertes y sensación de estar hiperalerta.

Las tres semanas posteriores al sismo, el grupo de voluntarios conformado por 51 terapeutas, realizó 34 intervenciones gratuitas en diversos lugares como las  escuelas, empresas, institutos nacionales, etc., donde se atendieron 1,589 personas. En las clínicas de AMPAG se brindó apoyo a 79 personas. Estos números nos llenan de satisfacción, haber asistido a 1,668 personas fue una contribución psicosocial relevante de nuestra asociación a los habitantes de la CDMX, ante una situación de desastre.

El estrés postraumático, es la cronicidad del estrés agudo mal gestionado y  se expresa de distintas formas de acuerdo a  la etapa evolutiva: niños, jóvenes, adultos o adultos mayores.

En algunas personas, el instinto de sobrevivencia bloqueó el impacto emocional inmediato para dar paso a la cordura racional que les permitiera resolver las necesidades urgentes que exige la vida cotidiana. Sin embargo, días después, cuando aparentemente las cosas ya se habían “normalizado,” el estrés postraumático comenzó a manifestarse, por lo general entre las seis y las ocho semanas posteriores, pero en algunos individuos se hará evidente hasta tres meses después de haber ocurrido los sismos.

Un estudio realizado por la UNAM, refiere que 20 % de las personas que vivieron el S-19 sufrirán éste daño psicológico que, en caso de no atenderse a tiempo, puede durar hasta 20 años sin reversión. (www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2017_628.html).

Por ello el taller,  impartido por la doctora Mónica Tiburcio, coordinadora de la clínica de AMPAG, está dirigido a toda persona interesada en atender los malestares emocionales que padezca a partir de los sismos, con la finalidad de comenzar a sanar su mente y sus emociones para iniciar el año con una psique más estructurada en caso necesario, brindar un tratamiento psicoterapéutico adecuado y preciso para cada persona.

Las consecuencias a mediano y largo plazo del estrés postraumático mal atendido incluyen; trastornos mentales crónicos que disminuyen la capacidad de respuesta de quien lo padece frente a cualquier situación de crisis, poniendo en riesgo su integridad física, psíquica y emocional. También se manifiesta a través de enfermedades como migrañas, colitis y gastritis. En el caso de los niños origina fobias y secuelas más graves.

Frente a esta realidad la AMPAG ofrece el taller Fortalezcamos nuestra mente para el 2018 reconstruyendo los derrumbes emocionales después del S-19 que se llevará a cabo en dos fechas, el 16 de diciembre y el 20 de enero, con un costo de $480 pesos. Cupo limitado. Desde el 1º de diciembre al 16 las consultas son gratuitas, amunicionaron. Puede contactar anny.madrid.904


Publicado: 07/12/2017