Redacción RD:
CDMX mayo 2019.- México difícilmente llegará a destinar el 1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en gasto para investigación sino se involucra a la industria nacional y extranjera a invertir en ciencia, tecnología e innovación, aseguró Raúl Rojas González, profesor de la Universidad Libre de Berlín, Alemania, durante su participación en el Coloquio Cinvestav.
Durante su presentación titulada “Arquitectura de la investigación científica”, el investigador aseguró que el Estado no puede financiar toda la investigación. El ejemplo fue Alemania, donde dos terceras partes de la investigación recaen en centros privados y una tercera parte es financiada por el gasto público.
Raúl Rojas aseguró que, aunque en el país europeo la participación tributaria que se otorga para investigación es de cerca el 3 por ciento del PIB, para mantenerse en la vanguardia e innovación, es necesaria la participación e inversión privada.
“En Alemania hay dinero para este rubro, pero sobre todo hay organización de centros científicos, una educación básica que permite formar investigadores y un sistema de academias que le dan un gran peso a la difusión de la ciencia para que a los jóvenes les surja el interés por todo lo que conforma la ciencia moderna”.
Además, desde su unificación de alemana en 1990, en el país bávaro el número de investigadores por millón de habitantes ha crecido en un 50 por ciento, resultado de la preocupación de seguir innovando, condición que el mercado mundial requiere.
En México, la ciencia y tecnología deberían ser una prioridad, ya que son necesarias para combatir la desigualdad y evitar que cinturones de miseria, por lo que el investigador mexicano radicado en Berlín hizo hincapié en que es necesario contar con un verdadero pacto federal que descentralice el conocimiento y las tomas de decisión, de lo contrario continuaría siendo una desventaja para el resto del país.
Rojas González aseguró que desde la creación del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) se le dio mayor relevancia a hacer mejor investigación y tener más presencia internacional, pero también apuntó que existen muchos problemas estructurales, por ejemplo, la jubilación de los científicos.
En el país este sistema es tan bajo que los investigadores no se quieren retirar, y la urgencia es que no hay una renovación en la plantilla científica de México, contrario a lo que sucede en Alemania, donde la jubilación es obligatoria, con la intención de innovar y abrir campo a nuevas generaciones.
Al comentar sobre la llamada fuga de cerebros que existe en el país, mencionó que si bien no está de acuerdo con ese término, los investigadores nacionales en el extranjero deberían tener la responsabilidad de tratar de transferir tecnología del exterior y entusiasmar a la generación de nuevas investigadores que necesita México.