Sección a cargo de G. Adolfo Ruiz J.
CDMX septiembre 2023.- En voz del Dr. Gonzalo Corvera, Director del Instituto Mexicano de Otología y Neurotología S.C. (IMON), organización médica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la salud auditiva con más experiencia en el país, una de las preguntas que más frecuentemente le realizan en consultorio es “¿cuándo debería una persona realizarse un estudio de medición de su capacidad de escucha?.
Curiosamente, no hay un consenso profesional al respecto; si hacemos una búsqueda rápida en internet, nos encontramos con quienes lo recomiendan a partir de los 40, 60 o 65 años, o sitios en donde se mencionan los síntomas de pérdida auditiva como indicativo para hacerse una prueba.
“Dada esta carencia, en el Instituto Mexicano de Otología y Neurotología decidimos realizar una recomendación formal, creada por nuestro equipo de otorrinolaringólogos, audiólogos, audioprotesistas y terapeutas de lenguaje”, comenta el Dr. Corvera.
Los 7 momentos en la vida cuando debemos hacer un estudio auditivo, y el porqué de cada uno.
1.- Al nacer (Tamiz auditivo neonatal)
Entre dos y tres de cada mil niños que nacen, tienen una pérdida auditiva de severa a profunda al nacimiento. Ésta es una estadística que tiende a ser bastante consistente en todo el mundo, y se ha corroborado, igualmente, en México. Esto, independientemente de complicaciones al nacer que aumenten el riesgo, es una cifra que se da en niños perfectamente sanos y sin antecedentes familiares de sordera. Sabemos además que los niños que nacen con esta discapacidad deben iniciar tratamiento antes de cumplir 3 meses de edad. Es por eso que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que a todos los niños se les haga una prueba auditiva antes de cumplir un mes de edad, y el mejor momento de hacerlo es en las primeras horas de nacidos.
2.- Al entrar a primaria
Una de las principales causas de disminución de la capacidad auditiva es por otitis media serosa, que tiene un pico de incidencia alrededor de los 7 años de edad. Además, hay problemas auditivos que no se captan en el tamiz auditivo neonatal y pueden detectarse a esta edad. Un niño que entra a primaria con dificultad para escuchar tendrá muchas más dificultades en su aprendizaje.
3. Cuando hay problemas de lenguaje o aprovechamiento escolar
Siempre que un niño esté tardando en hablar en comparación con otros niños de su misma edad o tenga problemas de atención o aprovechamiento escolar, de debe evaluar su audición. Esto se debe hacer aunque el niño no aparente problemas auditivos, ya que hay afecciones parciales de audición que son muy difíciles de detectar sin un estudio preciso.
4. Al terminar el bachillerato
Es poco frecuente que aparezcan problemas auditivos a la edad en la que estamos terminando el bachillerato; generalmente, se deben de haber manifestado antes. Sin embargo, cuando aparecen, el detectarlos a esta edad puede ser de gran impacto en la decisión de qué carrera estudiar o a qué dedicarse en la vida futura.
5. A los 45 años
Todos vamos perdiendo audición con la edad, pero unas personas más que otras. Generalmente esto comienza a ser clínicamente significativo alrededor de los 40-50 años. En un análisis de más de 6000 estudios audiométricos realizados en el Instituto Mexicano de Otología y Neurotología S.C., en personas de entre 40 y 50 años de edad que acudieron a un chequeo general y no se quejaban de problemas auditivos, la institución encontró que entre los 45 y 50 años es cuando el promedio de las personas tuvieron un resultado por debajo de lo normal en, al menos, una frecuencia. De ahí que podemos considerar los que a los 45 años la edad es donde la mayoría de las personas comienzan a tener problemas auditivos, aunque aún no sean notorios.
6. A los 60 años
En el mismo estudio mencionado arriba (datos no publicados), IMON encontró que es entre los 60 y 64 años cuando el promedio de los pacientes presentan una pérdida clasificable como “media” en por lo menos una frecuencia. Eso nos indicaría el momento cuando puede ser más importante hacer algo. Además, a partir de los 60 años es cuando aumenta significativamente el riesgo de demencia en personas con pérdida auditiva.
7. Siempre que exista la menor duda
Nunca hay que demorar la atención cuando hay disminución de la audición. Existen pérdidas súbitas en las que el pronóstico es radicalmente mejor si se atienden en las primeras 48 horas; los niños pueden ver afectado su aprendizaje en pocos meses, y tanto los bebés como los adultos mayores pueden sufrir consecuencias irremediables si no atienden en tiempo y forma una disminución auditiva.
Acerca del Instituto Mexicano de Otología y Neurotología (IMON):
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