Sección: RESP. SOCIAL


El acceso al agua potable; un derecho que debe de estar al alcance de todos.

* Tener acceso al agua potable y segura es un derecho fundamental y más cuando se habla de niños.

Redacción RD:

CDMX 22 enero 2018.-  Las Naciones Unidas ha reconocido explícitamente que el acceso al agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para el cumplimiento de todos los derechos humanos, es decir, salud, ambiente sano y la propia vida.

El cuerpo depende del elemento vital para todas sus funciones y para lograr un equilibrio en el organismo. Un hombre adulto necesita alrededor de 2.5 litros diarios y las mujeres 2 litros, en recientes Congresos de Hidratación se ha determinado que los niños de entre 9 y 13 años deberían consumir 2.1 litros diarios y en el caso de las niñas 1.9 litros.

La realidad son pocos los que llegan a este consumo básico y en México no se alcanzan los mínimos establecidos.  En los niños no se cumplen estas recomendaciones, ya que no existe una cultura de hidratación y salud, no son conscientes de esta necesidad y desconocen cuánto es el líquido suficiente para mantenerse hidratado.

Una buena hidratación es indispensable para su desarrollo óptimo, ya que ayuda a regular la temperatura corporal, eliminar las toxinas, mantener lubricadas las articulaciones y tendones, prevenir afecciones respiratorias y mejorar a la vez, el desempeño escolar, la concentración y la coordinación mental y física.

Los efectos de la deshidratación pueden ir desde fatiga y dolores de cabeza, hasta daños en la piel, la circulación sanguínea y el funcionamiento de los riñones. La falta de agua potable fomenta el consumo de bebidas azucaradas: Para hidratarse hay que tomar en cuenta la cantidad de líquido y la calidad, si es de buena calidad es sinónimo de salud, pero si está contaminada se convierte en el principal vehículo de enfermedades, sobre todo para los más desprotegidos de la población.

En México el 58% de escuelas primarias no cuentan con agua segura para beber, de acuerdo con la Fundación Cántaro Azul, es preocupante, ya que la falta de acceso al recurso hídrico va acompañada de ausencia de instalaciones o infraestructura de saneamiento, lo que provoca bajo rendimiento, falta de higiene y ausentismo.

Si los niños no tienen al alcance agua segura en los planteles escolares, se traduce en un incremento de consumo de bebidas azucaradas. México ocupa el primer de consumo entre 163 y 167 litros anuales per cápita de bebidas azucaradas, según datos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La OMS advierte que el azúcar no debe aportar más del 10% de calorías diarias, tanto en niños como en adultos. Para una dieta de 2000 calorías, serían 50 gramos de azúcar. En el caso de los niños la recomendación es no sobrepasar los 37 gramos diarios (para una dieta de 1750 calorías), lo que equivale aproximadamente a 7 cucharaditas diarias de azúcar.

El consumo de altos niveles de azúcar es un factor de riesgo comprobado para desarrollar diabetes y obesidad, entre otros daños a la salud e incluso el riesgo de muerte prematura. En el último informe de la OMS, México resultó tener la tasa de obesidad más alta en América Latina (28.9%) y el sexto lugar en índice de obesidad en niños y adolescentes (17.5%).

La afectación de consumirlas también es económica, de acuerdo con INEGI, en promedio una familia mexicana destina el 10% de sus ingresos para comprar refrescos. La población y en especial los niños necesitan tener acceso a agua purificada a libre demanda y está comprobado que tener acceso al líquido en escuelas incrementa su consumo.

La solución: bebederos; El asegurar que los niños y estudiantes tengan acceso a agua purificada, segura y gratuita en las escuelas, no solo incrementa su consumo, sino que mejora su salud, el entorno escolar, los hábitos, el desempeño y aprendizaje.

Es indispensable que los niños tengan esta opción para combatir el sobrepeso y obesidad, sobre todo para prevenir con buenos hábitos y una buena hidratación el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión o triglicéridos altos.

La solución son bebederos que provean agua purificada en diversos puntos de la escuela y de manera ilimitada.  Iniciativas existen. Como el Programa Nacional de Bebederos, impulsado por el gobierno federal y cuya meta es la instalación de 40,000 bebederos para estudiantes de educación básica.

Estudios en una escuela con bebedero la ingesta de líquidos es sustantivamente más alta que en las escuelas que no cuentan con éstos. Especialmente en las primarias con un consumo de 1.13 litros per capital al día, frente al 0.65 litros en las primarias sin bebederos.  Gracias a esta infraestructura es posible reducir la incidencia de consumo de bebidas azucaradas o refrescos.  El consumo de agua es hasta 124% más alto en las escuelas primarias con bebedero que en aquellas sin bebedero y la proporción de consumo de jugos baja del 42% en escuelas sin bebederos al 28% en escuelas con estos dispositivos.

Los bebederos deben promover hábitos saludables y al mismo tiempo disminuir el impacto ecológico de los envases desechables.  La infancia es una etapa decisiva para el desarrollo de una persona, ya que los hábitos que tenga determinarán su crecimiento y formación personal, por eso es fundamental el impulso de estas iniciativas.

Fuentes: http://www.cantaroazul.org/medios.html. https://www.insp.mx/epppo/blog/3838-posicionamiento-insp-propuesta.html https://www.oecd.org/mexico/Health-at-a-Glance-2017-Key-Findings-MEXICO-in-Spanish.pdf  http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/154587/2/WHO_NMH_NHD_15.2_spa.pdf?ua=1


Publicado: 23/01/2018